¿Se acuerdan del
Congo? 15.000.000 millones de negros exterminados sistemáticamente por los
cazadores de recompensas blancos. Al principio se les pagaba previa presentación
de un par de orejas completo. Sin embargo algunos cazadores blandos de corazón
se limitaban a cortar las orejas y no cumplían con su trabajo tipo:
—Mira negrito yo
no tengo nada contra ti es mi trabajo mujer y niños en Inglaterra soy una buena
persona. Supón que solo te corto las orejas y te dejo vivir naturalmente espero
alguna cosilla por los problemas. ¿Qué me dices?
—Tú ser buen
hombre, amo. Tú ser justo hombre blanco.
William Burroughs
Publicado en 1973 por la editorial Viking Press, ¡Exterminador! es una colección de
relatos cortos que habían aparecido previamente en prestigiosas revistas como Rolling
Stone, Evergreen Review, Village Voice o Esquire Magazine. Basta con leer la
primera página para descubrir el estilo inconfundible del autor: una mezcla
entre surrealismo, crítica social, desprecio a las normas y experimentación física,
mental y espiritual a través del consumo de narcóticos de toda índole.
Considerado uno de los escritores más visionarios, vanguardistas
y extravagantes de la historia de la literatura moderna, Burroughs nos traslada
a través de las palabras a un universo en el que las reglas existen para
quebrantarlas, los Gobiernos son una herramienta de control, las autoridades
carecen de cualquier tipo de decencia, las armas solucionan los problemas espinosos y la única forma de ignorar los horrores de la vida diaria implica consumir sustancias (legales o ilegales)
a través de vía intravenosa. Exterminadores de insectos, rodajes de películas
porno, cárceles atestadas de delincuentes, la evolución humana como caos que
traerá la destrucción al planeta, sodomía, búsqueda de estupefacientes, documentales que ilustran
el declive de la civilización, virus biológicos, violencia policial, imperialismo americano, sectas y matanzas
sumarias forman un mosaico enloquecido en el que se desgranan sus obsesiones
habituales.
Entre todas estas historias destacan ¡El exterminador!, Viento
morir. Tú Morir. Nosotros morir., El
regreso del astronauta, Últimos
resplandores del crepúsculo y El
advenimiento del Héroe Púrpura. El ácido
y despiadado humor de Burroughs no concede perdones y carga contra una sociedad
corrupta, deshumanizada y decadente. Algunos relatos contienen elementos experimentales
sin puntuación de ninguna clase o el famoso cut-up —método de mezclar textos al
azar para romper la linealidad de la palabra escrita— que prácticamente utilizó durante todos los años
setenta. A modo de “cameos”, aparecen viejos personajes como el celebérrimo Dr.
Benway (amoral médico que solo desea realizar aberrantes experimentos con sus pacientes) o el billonario A.J. (un Howard Hughes/Larry Flint proclive a llevar una pistola de agua cargada
de semen a las fiestas de alta sociedad para disparar a las invitadas). Ambos constituyen una sátira
feroz tanto al sistema médico (que no duda en tratar a los enfermos como objetos desechables)
como a las clases privilegiadas (estúpidas, pueriles y embebidas en su falsa
sensación de poder obtenido gracias al dinero).
El universo literario de William Burroughs se caracteriza
por la falta de bondad, locura, catástrofe, muerte y alucinación. El ser humano
es miserable, repulsivo y cruel por naturaleza, la familia una farsa destinada
a perpetuar su propia decadencia, los estamentos gubernamentales destilan
avaricia y podredumbre, y la religión una farsa absoluta cuyo único objetivo es
desplumar a los ilusos que creen en su degenerada doctrina. No existe espacio para el amor, la ternura o los sentimientos. Como mucho, satisfacción inmediata forzando a realizar prácticas sexuales al primer joven atractivo que tenga la desgracia de encontrarse en el lugar inadecuado. La Tierra está
condenada al holocausto nuclear y, por algún extraño misterio, resulta increíble que
aún no haya sucedido.