jueves, junio 01, 2023

«RADIOGRAFÍA DEL BRITPOP: EL OCASO DE LOS DIOSES» (SEGUNDA PARTE)

Segunda generación del movimiento:

El Britpop era una realidad y todas las bandas del momento querían su porcentaje de fama, dinero y adulación. Las casas discográficas, al descubrir el lucrativo negocio que tenían entre manos, hicieron lo imposible por fichar a nuevos grupos. Durante el periodo 94/98, Cast, Echobelly, Gene, Menswear, Kula Shaker, Ocean Colour Scene, Ash, Shed Seven, Sleeper, Catatonia, Placebo, The Verve, Super Furry Animals, Elastica, Supergrass, The Bluetones, Manic Street Preachers, The Boo Radleys, Sleeper, Mansun, Lush, Travis, Rialto y These Animal Men, entre muchos otros, invadieron las listas de ventas con diferente fortuna comercial. Inesperadamente, surgidos de las cenizas de Madchester, Shaun Ryder y Bez (Happy Mondays) lanzaban It's Great When You're Straight... Yeah (Radioactive Records, 1995) como Black Grape que, para sorpresa de todos, alcanzó el número 1 de los charts.

TONY BLAIR: LA POLÍTICA A FAVOR DEL BRITPOP       

Tony Blair, líder del Partido Laborista, intentó utilizar el Britpop para obtener votos entre los jóvenes. En un principio, Noel Gallagher y Damon Albarn, portavoces indiscutibles del movimiento, se sintieron atraídos por su propuesta hasta que, al percibir que pretendía manipularlos en beneficio propio, cesaron de brindarle su apoyo. Jarvis Cocker también fue tentado pero, fiel a su naturaleza desencantada y escéptica, no le concedió la menor oportunidad para conocerle. Tanto Albarn (Charmless Man) como Cocker (Cocaine Socialismresponderían con sendos temas que criticaban al Nuevo Laborismo.

EL DECLIVE DEL BRITPOP

Durante el 11 y el 12 de agosto de 1996, teloneados por The Charlatans, Ocean Colour Scene, The Chemical Brothers, Kula Shaker, Manic Street Preachers y The Prodigy, Oasis brindaron en Knebworth los conciertos más masivos de su carrera. Según la leyenda, habían despachado suficientes entradas como para tocar una semana entera, pero a Noel Gallagher le bastaron dos días para ofrecer su propuesta a las masas que lo adoraban. Quizá la banda tenía que haberse disuelto después de estas actuaciones irrepetibles. ¿Se podía llegar más lejos después de tocar ante medio millón de personas?      

Primeros síntomas de agotamiento:

Al igual que sucedió con Madchester, el Britpop tenía las horas contadas. Como producto de la época, cuando las bandas que lo representaban alcanzaron la gloria popular y económica, aparecieron las primeras grietas en forma de egos desmesurados, problemas con las drogas y el alcohol, tensiones internas, canciones mediocres y hastío vital.

El ejemplo perfecto sería Elástica, banda liderada por Justine Frischmann, influenciada por el punk y la New Wave, no había tenido problema alguno en llegar a los primeros puestos de las listas británicas y estadounidenses gracias a SutterLine Up y Connection. Demandas por plagio aparte, el éxito instantáneo no sentó bien al grupo: la adicción de Frischmann a la heroína junto al abandono de dos de sus miembros originales desintegró Elastica que, aunque intentó resucitar a principios del nuevo milenio, no tuvo continuidad.

Suede se encontraban en la cuerda floja: era necesario un cambio de rumbo, abandonar la oscuridad de los trabajos previos a favor de un enfoque más luminoso y comercial para asegurar su propia supervivencia. Coming Up (Nude, 1996) barrió cualquier duda acerca de la calidad de sus nuevas composiciones: Trash, Beautiful Ones, Saturday NightFilmstar fueron himnos destinados a las radiofórmulas que los proyectaron al estrellato internacional.
            
Durante la actuación de Michael Jackson en los premios Brit Awards de 1996, Cocker invadió el escenario con la intención de burlarse del egocentrismo del cantante y acaparar las portadas de los tabloides. Aquel acto, aunque le costó una noche en prisión, tuvo el efecto de aumentar el nivel de ventas de los elepés de Pulp. La nueva monarquía del pop se reía en la cara del rey del espectáculo sin vergüenza alguna.

Trainspotting (Danny Boyle, 1996), película de culto basada en la novela de Irvine Welsh que trataba sobre las desventuras de un grupo de heroinómanos de Edimburgo puede ser considerada la película definitiva sobre el Britpop. Su banda sonora contaba con temas de Blur, Pulp, Elastica, Sleeper y Damon Albarn, aparte de Underworld, Leftfield, New Order y Primal Scream. Una radiografía de los noventa a través de temas clásicos de los setenta como Lust For Life de Iggy Pop y Perfect Day de Lou Reed. ¿Acaso el movimiento no pretendía abrazar el futuro gracias a la exaltación de un pasado glorioso?        

La euforia ha desaparecido:

Finalmente, cuando el Britpop agonizaba, gracias al guitarrista Graham Coxon, Blur abrazó la música americana de la que tanto había renegado para reinventarse. En Blur (Food, 1997) la influencia de Pavement, Sonic Youth, Pixies y Dinosaur Jr. resulta innegable. Beetlebum, Song 2 y On Your Own pertenecen a lo que es considerado su última obra maestra. Por fin el grupo había logrado impactar en las listas de Estados Unidos.

Be Here Now (Creation, 1997) de Oasis, aunque tuvo ventas iniciales aplastantes no tardó en ser despedazado por los medios tachándolo de sobreproducido, autocomplaciente y con minutaje de sobra. Noel Gallagher tampoco dudó en criticar su propia obra y aniquilar a su hermano Liam como cantante y frontman, algo que tuvo una fuerte repercusión negativa sobre la opinión pública. Ninguno de los sencillos —D'You Know What I Mean, Stand By Me y All Around The World— duraba menos de cinco minutos y con el paso de los años fueron desterrados de las presentaciones en directo e incluso de su recopilatorio Stop the Clocks (Big Brother, 2006).    

Radiohead y The Verve, combos que habían permanecido a la sombra del Britpop, triunfaron con el seminal OK Computer (EMI, 1997) trabajo vanguardista y paranoide que se convertiría en el modelo musical a seguir durante siglo XXI—, y Urban Hymns (Hut, 1997) el canto del cisne del movimiento, con himnos memorables como Bitter Sweet Symphony, la balada The Drugs Don’t Work y Lucky ManAunque The Verve había publicado dos discos, fue necesario un sencillo de éxito para convertirse en superestrellas. El videoclip de Bitter Sweet Symphony —Richard Ashcroft caminando con arrogancia por una calle mientras choca contra todos aquellos se interponen ante su paso—se ha convertido por derecho propio en uno de los mejores de la historia de la música.  

El ocaso de los dioses:

Jarvis Cocker, harto de ser el centro de atención de los focos, se desmarcó de la corriente dominante con el arriesgado, desolador y experimental This Is Hardcore (Island, 1998). Abanderado por Help The Aged, This Is Hardcore y A Little Soul, pese a sus letras crípticas y pesimismo, el álbum tuvo una recepción entusiasta por parte de los medios. La última lúgubre obra maestra (a la altura de A Northern Soul de The Verve (Hut, 1995) y Dog Man Star de Suede) había sido liberada; ahora solo quedaría nostalgia al rememorar los días de gloria. 

EPÍLOGO

Décadas más tarde, en cierta manera, el Britpop continúa presente gracias a bandas como Coldplay, Keane, The Libertines, Snow Patrol, The Strokes, Kaiser Chiefs, Arctic Monkeys, The Killers, Bloc Party, The Hives o Kasabian. Supervivientes del movimiento como Jarvis Cocker, Brett Anderson, Richard Ashcroft, los hermanos Gallagher y Damon Albarn emprenderían carreras en solitario que, junto algún regreso puntual junto a sus antiguas formaciones, les haría mantenerse vigentes hasta la fecha. 

Manic Street Preachers volvió a la cumbre de las listas inglesas con The Ultra Vivid Lament (Columbia, 2022); Ash publicó Islands (Infectious, 2018); Blur ha anunciado The Ballad of Darren para el 2023; Ocean Colour Scene giró para revivir las glorias de Moseley Shoals (MCA, 1996); Pulp realizan su primer tour en una década en estos momentos; Travis lanzó 10 Songs (BMG, 2020); Kula Shaker continúa en la brecha con 1st Congregational Church of Eternal Love and Free Hugs (Strange F.O.L.K. Records, 2022); Radiohead reeditó el clásico OK Computer con motivo de su vigésimo aniversario; Cast, Saint Etienne, Shed Seven, Sleeper y The Boo Radleys también sacaron nuevos elepés; y unos renacidos Suede recorren la carretera promocionando Autofiction (BMG, 2022).


¿Quién dijo que el sueño británico de los noventa había muerto?