viernes, octubre 06, 2017

MARILYN MANSON: "HEAVEN UPSIDE DOWN"


“Después que todos los globos se hayan marchitado y se hayan hundido en charcos de vómito e idealismo, no busques mi compasión. Estoy aquí para ser todo aquello que se me acusa no ser. Y para que se me culpe por ser aquello en lo que me habéis convertido. Los disparos que vas a oír proceden de una boca disfrazada de pistola. No llames a esto arte. Esto es una polla dura en una habitación llena de vampiros y música. La música es mi sangre sucia en vuestras caras”.

Marilyn Manson


Gracias a The Pale Emperor (Hell, etc, 2015), Marilyn Manson recibió las mejores críticas de su carrera desde finales de los noventa. Un disco oscuro y pantanoso, con atmósfera blues y trazos de psicodelia, que amplió su paleta sonora alejándolo del estilo industrial que lo caracteriza. Toda una sorpresa para los seguidores que habían perdido la fe en su ídolo desde hacía años.

Por desgracia para Manson, el personaje que lo lanzó a la fama ha ensombrecido su trayectoria musical. A diferencia de otros artistas, tanto la crítica como el público se ha quedado estancada en la trilogía formada por Antichrist Superstar/Mechanical Animals/Hollywood (In The Shadow On The Valley Of Death). A partir de entonces, independientemente de la calidad de sus nuevos lanzamientos, el consenso general siempre ha valorado su trabajo de forma negativa. Por poner un ejemplo, en la época Mechanical Animals (Interscope, 1998) fue acusado de comercial, que se había vendido al mainstream y que era una obra inferior a su predecesora. El paso del tiempo le ha hecho justicia y en la actualidad está considerado un gran disco.   

Olvidan que al igual que David Bowie, Manson cambia de piel en cada elepé para reinventarse; una actitud camaleónica que jamás ha sido valorada en su justa medida. El Reverendo NUNCA (en mayúsculas) publica dos álbumes idénticos. Aquellos que continúen suspirando por un nuevo Antichrist Superstar (Interscope, 1996), deberían asumir que el cantante no siente interés en grabar un álbum como el que lo encumbró al estrellato, contar con Trent Reznor en las labores de producción o con Floria Sigismondi para que dirija sus videoclips. Resulta ridículo que la mayoría de la prensa lo considere una parodia de sí mismo, que no ha publicado un disco decente y mucho menos una canción memorable desde The Golden Age Of Grotesque (Interscope, 2003). El absurdo ha alcanzado cotas increíbles.

Manson es consciente de su legado, del peso de su propia obra, que es incapaz de satisfacer las elevadas expectativas. Por consiguiente, siendo fiel a sí mismo, se ha desmarcado de su anterior trabajo con una serie de canciones rápidas y furiosas que beben de la época en la que arrasaba en las listas de ventas. Heaven Upside Down puede considerarse un compendio, en mayor o menor medida, de todos sus elepés anteriores —al estilo de The Next Day del Duque Blanco— que rescata el pasado sin ninguna clase de nostalgia.

“Revelation #12”, “WE KNOW WHERE YOU FUCKING LIVE”, “SAY10” y “JE$U$ CRI$I$” son sucias, ruidosas y llenas de urgencia, con guitarras chirriantes y un buen entendimiento de la sección rítmica. “WE KNOW WHERE YOU FUCKING LIVE”, presentada como primer single, es un tema al estilo de “No Reflection” destinado a contentar a su público esencial. Impagable videoclip en el que unas monjas dominatrix armadas hasta los dientes secuestran a una familia americana y los fuerzan sexualmente en contra de su voluntad. “SAY10” podría ser un nuevo clásico del repertorio en directo: alterna susurros, electrónica, gritos rabiosos y un coro arrollador. El vídeo cuenta con un irreconocible Johnny Depp como invitado, una joven masturbándose, chicas desnudas cubiertas de pintura pulverizada, una parodia del alzamiento de la bandera americana en Iwo Jima y al Reverendo sangrando profusamente por un corte en el cuello. Su trabajo visual más provocativo desde “(S)aint”.

En “Tattooed In Reverse” y “Threats Of Romance”, volvemos a encontrarnos al Manson de The Pale Emperor gracias a un blues arrastrado y electrónico con buenos juegos vocales. “Blood Honey” es una balada emparentada con “If I Was Your Vampire” o “Coma White”; atmósfera tenebrosa, teclados y guitarras punzantes. “Heaven Upside Down” y “KILL4ME” son los cortes más asequibles del disco. No hay motivo para escandalizarse: no es necesario que Manson resulte ensordecedor todo el tiempo. El primero es una pequeña gema cercana al pop con un notorio trabajo electroacústico y el segundo posee ritmos de pistas de baile que parecen arrancados —salvando diferencias— de los surcos de Notorius de Duran Duran.

Por último, con sus ocho minutos de duración, en “Saturnalia” destaca un bajo palpitante, guitarras hirientes y múltiples capas de sonido que recuerdan al trabajo de Bauhaus en los ochenta. Su canción más experimental desde “I Want To Kill You Like They Do In The Movies” del infravalorado The High End Of Low (Interscope, 2008) que fue un fracaso de ventas, crítica y público. Motivo que lo obligó a abandonar su antiguo sello discográfico en busca de mayor libertad creativa.  

El Reverendo ha aprendido de sus errores: cantidad no es sinónimo de calidad. Heaven Upside Down es un elepé sencillo, directo y potente, con un minutaje ajustado a las radiofórmulas y sin grandes alardes de producción por parte de Tyler Bates. Su único defecto es la carencia de riesgo, buscar nuevos horizontes musicales. Por lo demás, completamente disfrutable. Probablemente si se tratara del debut de cualquier banda, los medios se desharían en elogios y coparía las listas de los mejores valorados a finales de año. A pesar de todos los problemas relacionados con la gestación del álbum —cambio de título, retraso a la hora de publicarlo, el fallecimiento del padre de Manson, su reciente divorcio y el aparatoso accidente en el Hammerstein Ballroom de Nueva York— Brian Hugh Warner no se ha dado por vencido.